Para la antropóloga belga, Line Algoed, el mayor problema en la planificación urbana es la brecha que existe entre los arquitectos y demás profesionales y los residentes de las comunidades. Así, ella se identifica como una antropóloga práctica, investiga y escribe sobre lo urbano desde la perspectiva de los más afectados en los procesos de cambio.
Su formación en la Universidad de Leiden en Países Bajos y London School of Economics en Inglaterra fue parte esencial —pero no suficiente— de su carrera profesional. Viajando por Asia y América Latina, Algoed ha buscado modelos y proyectos de resistencia comunitaria verdaderamente innovadores. En Puerto Rico encontró a la Corporación Enlace y el grupo de las ocho comunidades aledañas al Caño Martín Peña (el ‘G8’), y se enamoró del proyecto. Luego de una presentación a los estudiantes y profesores del programa de Estudios Urbanos de la Facultad de Estudios Generales, la entrevisté.
Presentamos a continuación la primera parte de esta conversación.
¿En qué consiste la antropología práctica y qué exactamente fue lo que te trajo a Puerto Rico?
En la universidad me decían que la única manera de sobrevivir como antropóloga era a través de una carrera académica, es decir, buscar un plaza permanente, escribir y ser docente, compitiendo con miles de otros antropólogos. Especializándome en el estudio de ciudades, de lo urbano, empecé a trabajar como coordinadora de una red de urbanistas y planificadores. Muchas veces yo era la única antropóloga lista para trabajar en los proyectos comunitarios. Muchos preguntaron: ¿qué haces acá en un ambiente de ingenieros, arquitectos y abogados? Me encontraba sola y muchas veces una de las únicas mujeres en los equipos de urbanista…